jueves, 28 de noviembre de 2013

Maximiliano de Habsburgo

Los conservadores que se entrevistaron con Maximiliano de Habsburgo lo convencieron de que todos los mexicanos deseaban que un emperador extranjero los gobernara y de que, por lo tanto, debía venir a México lo antes posible. 
Antes de su viaje, Maximiliano de Habsburgo firmó los Convenios de Miramar. En ellos aceptó que México pagara a Francia todo lo que le debía y también lo que había gastado para enviar y mantener a su ejército aquí. Era una suma enorme: 260 millones de francos. Además, aseguraba que los comerciantes franceses tendrían facilidades para vender sus productos en nuestro país.

 
A su vez, Napoleón III prometió que el ejército francés permanecería en México seis años para proteger a Maximiliano. 
En 1864 Maximiliano llegó a México acompañado de su esposa, la princesa belga Carlota Amalia. Los monarcas comenzaron a vivir en el Castillo de Chapultepec. 
De inmediato Maximiliano se percató de que los conservadores lo habían engañado pues muy pocos mexicanos querían ser gobernados por un monarca extranjero, pero ya era muy tarde para dar marcha atrás. 
Maximiliano comenzó a tener problemas con los conservadores que lo habían traído a México porque tenía ideas liberales y pensaba que la mayoría de los mexicanos estaban de acuerdo con él. 
Con la idea de ayudar al progreso de México, Maximiliano retomó algunas de las leyes que los liberales habían hecho años atrás e impulsó cambios que no agradaron a los conservadores: 

· Decretó la tolerancia de cultos para que las personas pudieran elegir libremente su religión. 
· Nacionalizó los bienes eclesiásticos para que las propiedades de la Iglesia pasaran a ser del gobierno. 
· Creó el Registro Civil para llevar un control más exacto de los nacimientos, matrimonios y muertes. 
· Hizo leyes sobre el divorcio. 
· Expidió leyes sobre las condiciones de trabajo, los salarios y las pensiones. 
· Estableció que en México se usara el sistema decimal de pesas y medidas. 

Aunque estas leyes no llegaron a ponerse en práctica, Maximiliano perdió el apoyo de la Iglesia y de muchos conservadores. Tampoco contaba con la simpatía de los liberales que deseaban el regreso de Benito Juárez a la presidencia de México y continuaban combatiendo a los invasores europeos en diferentes lugares del país. 
Cada vez estaba más cerca el fin del Imperio de Maximiliano. Al terminar la guerra civil en Estados Unidos, este país intervino y pidió a Napoleón III que retirara a sus tropas del territorio mexicano. 
Por si esto fuera poco, Prusia declaró la guerra a Francia y los franceses tuvieron que irse de México para defender su propio territorio. 
Maximiliano entonces se quedó sin el apoyo francés y los liberales pudieron derrotarlo luego de varias batallas dirigidas por los generales Porfirio Díaz, Mariano Escobedo y Ramón Corona. 
Éstos dos últimos sitiaron a Maximiliano en Querétaro, en donde fue fusilado en 1867 junto con los generales mexicanos Tomás Mejía y Miguel Miramón que lo habían apoyado hasta el final de su gobierno. Con este hecho terminó el Segundo Imperio Mexicano: los conservadores fueron vencidos y los liberales recuperaron el poder. 




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